- Área: 198 m²
- Año: 2018
-
Fotografías:Simón Díaz Santis
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Desarrollar un proyecto en la mitad del desierto fue el desafío de este encargo, que requería tanto la Arquitectura como la Construcción por parte de nuestra oficina. Esta casa de vacaciones se ubica en una nueva urbanización de la IV Región frente a la playa llamada “Agua Dulce” a 270 km de la ciudad de Santiago, Chile. El escenario es un desierto seco, agreste, y barrido por el viento, que se encuentra con el mar en uno de los primeros asentamientos humanos de América Latina.
Dos volúmenes aparecen como protagonistas en el proyecto. El primero, ligeramente elevado en una primera planta donde se alinean los recintos volcados hacia el horizonte marítimo, y el segundo en un segundo piso proyectándose como lo haría un muelle frente al mar y buscando las mejores vistas. En el punto donde ambos volúmenes se encuentran aparecen los recintos comunes y de encuentro familiar, con espacios generosos en sus alturas y dimensiones que se proyectan con una apertura total hacia la terraza y una fachada vidriada hacia el acceso. De esta manera, el proyecto es visualmente atravesado completamente, sin perder la necesaria intimidad del hogar.
Los ritmos del desierto son lentos y usualmente imperceptibles, por lo que decidimos evidenciar el paso del tiempo revistiendo con planchas metálicas de oxidación controlada la fachada de acceso. Este revestimiento se combina en colores y texturas con maderas nativas uniendo todo el proyecto como una obra integral. El resultado es un proyecto que propone integrarse al paisaje y establecer una relación con su entorno mientras envejece, entregando espacios acogedores y de encuentro a la familia que lo habita.